2014
Toda historia tiene un inicio, en el caso de Jardines en Balsas empieza cuando algunas personas que hacíamos parte de la plataforma Hacia el Litoral, acción colectiva estábamos intentando rastrear cuáles eran las relaciones entre las personas que viven en los lugares de frontera entre Colombia y Panamá en el lado del Océano Pacífico y a su vez la relación con el archipiélago de Las Perlas también en el Pacífico, pues con Almanaque Azul ya habíamos estado haciendo un proyecto poco tiempo antes en una de las islas.
Veníamos con muchas preguntas y deseos de escuchar a las personas de Jaqué y de San Miguel en Isla del Rey (Las Perlas), en ese momento estábamos Michelle Szejner y Yolanda Chois quienes escribimos este relato. Jaqué es un lugar lleno de historia y de migraciones al ser un poblado de frontera, ahí de inmediato nos encontramos con lideres como Macario Morales, Carmenza Perea, Iver Valencia y Floralba Ríos, Gume Florez y con los relatos del profesor Torres, otras personas claves que aunque no son de Jaqué tienen una relación de muchos años y profundidad con el lugar son Ana María Vasquez y Beatriz Shmith; entre muchas conversaciones logramos comprender que teníamos muchas cosas por compartir y preocupaciones comunes. Una de ellas era la situación de la siembra y la agricultura ligada con la economía local y con la pérdida de autonomía que ya se empezaba a sentir.
Ahí recordamos experiencias de otros lugares como en Coquí, Chocó donde la comunidad junto a nuestros amigos y colegas de la fundación Más Arte Más Acción habían realizado el proyecto de plantas SIEMBRA una recopilación de recetas y saberes de la gente y para la gente raizal. Nos propusimos entonces iniciar un proceso con la comunidad para reactivar un conocimiento de siembra que se estaba perdiendo, la realización de zoteas y huertos caseros y comunitarios. Así empieza una serie de viajes que inicialmente fueron financiados con el dinero gestionado por Hacia el Litoral, con la fundación Más Arte Más Acción.
Esos primeros viajes también se realizaron a la Isla del Rey especialmente a la población de San Miguel, en el archipiélago de Las Perlas pues queríamos realizar este proyecto entre estos dos lugares. Posteriormente entenderíamos que no podríamos trabajar en los dos lugares al mismo tiempo, eso lo narraremos más adelante. Agradecemos profundamente al Grupo de Turismo Comunitario de San Miguel, en Isla del Rey quienes son maravillosas lideresas y lideres de su comunidad Maribel, Marlene, Adelaida, Indira, Pitufo, Yadira.
2015
En Julio de 2015 ya éramos un grupo entusiasmado y con muchas ilusiones en lo que podíamos hacer juntos y juntas, en ese punto en Jaqué Macario Morales invitó a José Sabugara, a la pareja de esposos Abelares Osorio y Diomedes Pari Pari, a Maribel Salas. Carmén Perea sumó a todo el grupo de mujeres de La Escuelita de La Paz, una escuela que se creó durante la época más dura del desplazamiento de colombianos hacia Jaqué debido a la guerra que se vivía en el país vecino. Iniciamos con reuniones para entender qué nos preocupaba de manera grupal, cómo podríamos fortalecer la construcción de zoteas y entusiasmar a más personas a que se sumaran, qué problemas sucedían con la agricultura y con la economía familiar relacionada a los alimentos, empezamos a trazar las rutas de este proyecto de manera colectiva.
En este punto comisionamos un vídeo de presentación del proyecto para la consecución de fondos y para animar a otras personas a que se sumaran a este precioso movimiento de gente por la tierra y agricultura local de Jaqué. Así nació esta animación realizada por el colectivo La Isla en Vela de Colombia.
Nuestro compromiso era conseguir los fondos para poder realizar todos los sueños que teníamos, ahí nos dieron la noticia de que habíamos sido seleccionados para un fondo de incentivos ambientales el Fondo Ford para proyectos ambientales de Centroamérica. Este fue el primer apoyo económico directo. En ese momento decidimos hacer una presentación en Ciudad de Panamá del proyecto para contarles a más personas e invitarles a que se sumaran, eso lo realizamos en octubre de 2015 en las oficinas de Almanaque Azul, en la antigua Sagrada Familia.
Durante el 2015 realizamos la fase de prácticas artísticas tanto en Jaqué como en San Miguel. Invitamos a una artista que trabajaba ilustración botánica y de jardines a que nos acompañara en unos encuentros en las comunidades para ir conversando sobre lo que se cultivaba, los jardines en los frentes de las casas, lo que se cocina y las recetas que se dejaron de hacer con la llegada de los productos instantáneos de la industria. Anǵelica Ramírez visitó varias casas tanto en Jaqué como en San Miguel para conversar con las familias y dibujar los jardines de las casas. También realizamos juntanzas alrededor de la comida y en San Miguel junto a todas las mujeres del grupo realizamos un Enyucado, desde el punto de ir y sacar la yuca de la tierra, rayarla, rayar el coco, hasta la cocción en un fuego de doble altura. En el caso de Jaqué en esa visita la cita con la cocina fue para preparar Envuelto de primitivo, que igualmente lo hicimos junto a personas del grupo base y sus familias, desde el punto cero de ir y cosechar los plátanos primitivo y limpiar y usar el arroz que se cultiva en Jaqué. También realizamos dos murales de gran formato en cada lugar haciendo un homenaje a las y los cultivadores de cada lugar.
Al final de este viaje a San Miguel y Jaqué entendimos que no era posible realizar el proyecto en las dos comunidades debido a los costos. Viajar desde la ciudad de Panamá hasta Las Perlas y Jaqué es costoso, San Miguel al ser una isla depende del transporte marítimo o aéreo, los costos en avioneta son altos y por mar en el ferry también, el transporte más económico pero al mismo tiempo de mayor duración y riesgo pues no cuenta con todas las medidas de seguridad es el barco. Esta es la realidad que vive la comunidad y que nos parece importante dejarla en este relato para dar cuenta de los retos que tienen que enfrentar cada poblado para su transporte. En el caso de Jaqué no cuenta con acceso a una carretera y también está rodeado por agua de mar y de río, al estar en la frontera y no ser un destino turístico las opciones de transporte se reducen aún más y se encarecen también. Por estos motivos de presupuesto tuvimos que tomar la decisión de dónde enfocar el trabajo y decidimos hacerlo en Jaqué debido a que muy poco tiempo antes habíamos estado con la fundación Almanaque Azul realizando un proyecto de largo aliento en San Miguel y en Jaqué no habíamos trabajado.
2016
A inicios del 2016 recibimos la noticia de que el proyecto quedó seleccionado en el portafolio del PPD Programa de Pequeñas Donaciones de Panamá, para ese momento ya habíamos construido con el grupo de Jaqué qué queríamos hacer y nuestras metas. De esta manera empezamos un proyecto de 2 años que incluía también la reforestación del ecosistema de manglar.
En febrero realizamos el primer evento con personas foráneas en un formato de laboratorio. Ahí recibimos a Débora Rivera (panamá), Guillaum Barros (Francia, residente en Panamá), Leandra Plaza (Colombia). En ese laboratorio aprendimos una técnica de aprovechamiento de residuos orgánicos y aguas residuales de la cocina, es el Círculo del Guineo; hablamos sobre la situación de las semillas criollas versus las semillas transgénicas; también conocimos sobre agricultura biodinámica; y finalmente conversamos sobre la diversidad del ecosistema de manglar en el territorio. De este laboratorio salió un vídeo, cada material que se producía del proyecto eran insumos que retornaban nuevamente a Jaqué en un ejercicio de ir reconociendo como lo que íbamos haciendo podía ser contado para otras personas dentro y fuera de Jaqué, dándole un lugar de importancia a toda la práctica que estábamos desarrollando colectivamente.
JuntaLab Jaqué
En mayo realizamos nuestro primer intercambio de semillas, tanto de semillas locales como de semillas criollas u orgánicas venidas de otros lugares y países. Ahí nos la ingeniamos todo el tiempo para ir recolectando semillas que pudieran ser intercambiadas. Para ese momento también se podía ver como cada persona y familia empezaba a preparar su terreno para la siembra y para el levantamiento del huerto o de la zotea. Cada quien tenía su ritmo de trabajo y posibilidad de dedicarle tiempo a este proyecto de diferente manera.
Para este entonces también contábamos con nuestra primera voluntaria de larga estancia, Lina Sanchez comunicadora social, quien se dedicó inicialmente a acompañar todo el proceso de cada familia y persona, con la intención de realizar una crónica que diera cuenta de Jaqué y de todo el proyecto de retomar el cultivo en Zoteas, al mismo tiempo de sistematizar toda la línea de tiempo de lo que se estaba realizando.
En mayo era muy impresionante y bello ver como los huertos iban creciendo, las familias y personas tenían suelo enriquecido, materiales para trabajar, ya algunos habían construido sus zoteas con materiales de madera que proporcionaba el presupuesto que teníamos. En este mes regresó una de las jardineras y artista que nos acompañó durante el laboratorio para realizar un voluntariado de más tiempo, en donde se dedicó a preparar biosoluciones para problemas en los huertos y casa de cada familia, ella Leandra Plaza también realizó este trabajo de acompañamiento a las familias y sus problemas con las plantas en algunas de las comunidades que rodean y conectan con Jaqué. Una de esas comunidades es Peñitas y justamente logramos llegar ahí gracias a que el profesor de la Escuela de Peñitas sus días de descanso los pasaba en Jaqué y ahí conoció el proyecto y nos pidió que les visitataramos allá en la comunidad del río.
Taller de biosoluciones
En septiembre estuvimos participando en una muestra de Jardines en Balsas como uno de los proyectos que hacen parte de Hacia el Litoral. Para lo cual realizamos una serie de talleres y laboratorios en Cali, Colombia donde se llevaba toda la experiencia que de siembra a este otro lugar, esto se realizó en el marco de la exposición Una Casa entre la ciudad y el litoral en La Casa Obeso Mejía del Museo La Tertulia . Se realizó un laboratorio de dibujo botánico con Alvaro Vanegas (ilustrador) y un taller de etnobotánica en la rivera del río Cali con Michelle Szejner, y también una de las artistas y jardineras que había estado en Jaqué, Leandra Plaza.
Taller de etnobotánica en Cali, Colombia
Talleres de zoetas.
Paralelo a estos eventos en Colombia, en Jaqué teníamos una nueva pareja de voluntariado Marta y Hector hicieron el relevo a Lina, y en su caso empezaron a apoyar todas las actividades de los huertos y zoteas y a empezar a trabajar recetas locales saludables con lo que el huerto ofrecía. En este momento se realizó nuevamente otro intercambio de semillas, que son estrategias claves para mantener la circulación de los cultivos, la diversidad y autonomía.
En diciembre de 2016 en Jaqué ya se habían sumado más personas al proyecto, José Sabugara invitó a su compañera Lersy Cabrera, también se sumó Olga Torres habitante de Jaqué. Para ese mes realizamos el primer intercambio de cultivadores, donde el grupo de Jaqué viajó a la provincia de Penonomé a conocer una finca productiva que consideramos podría generar un gran intercambio entre las personas. De esta manera cerramos el primer año del proyecto, con muchos aprendizajes como equipo, con una fuerte relación tejida entre las familias y nosotras como equipo base, y con un gran equipo de voluntarios aportando a todo el proceso.
2017
Durante el 2016 se hicieron varios eventos relacionados con la conservación del Mangle, del ecosistema de manglar, pero fue en el 2017 donde logramos realizar giras especialmente por los manglares para conocer la diversidad de especies que ahí se albergan para escuchar las historias y conocimientos que el grupo de Jaqué tenía de este ecosistema. En este punto se seguían sumando familias y aquí ya contábamos con la presencia de Delio Alvarado y María de la O Arrocha y también de Francisco Valladares quienes recibieron materiales y semillas e iniciaron a levantar sus zoteas y huertos en casa. Es muy importante resaltar como conforme todo el proceso continuaba a la par se realizaba un trabajo de etnobotánica que será visto fuertemente en el libro de Jardines en Balsas.
Paralelo a estas actividades recibimos un vídeo realizado por uno de los voluntarios que había estado en las jornadas de reforestación del manglar, organizadas por nosotros junto a Ana María Vasquez una mujer artista y activista que participa de muchos procesos en Jaqué desde hace más de 20 años. Este vídeo lo realizó Ricardo Velasco investigador colombiano.
En marzo de este año y como parte de los intercambios que se propician entre los proyectos que hacen parte del PPD Programa de Pequeñas Donaciones el grupo de Jaqué realizó un siguiente viaje a San Félix en la Provincia de Chiriquí, ahí pudieron encontrarse con todos los otros proyectos de todas las regiones de Panamá y seguir intercambiando conocimientos, experiencias y posibles colaboraciones.
En julio de 2017 ya llevábamos un año viendo los ciclos del levantamiento de zoteas y del crecimiento de los huertos, fue muy satisfactorio ir viendo como toda la energía invertida por todas las personas que nos vinculamos empezaba a dar frutos, muchos tipos de frutos. Igualmente seguimos realizando intercambios de semillas, de hecho hasta hoy en día se siguen haciendo.
Finalmente en septiembre de este año se realizó el penúltimo intercambio de proyectos PPD en esta ocasión viajamos a Santa Fé de Darién en la misma provincia para reencontrarnos con proyectos de muchos lugares del país y seguir mostrando que proyecto habíamos realizado como grupo y aprendiendo de otros procesos.
2018
En marzo fuimos invitados a la Feria de Proyectos PPD donde una parte del equipo y de las personas de Jaqué fueron en representación de todo el grupo. La Feria era a su vez un intercambio con personas y proyectos de todo Panamá, se realizó en Villa Darién en la propia provincia de Darién en la parte de la carretera. Cada intercambio significó una oportunidad de seguir creciendo en este camino de gestar proyectos comunitarios de conservación ambiental.